ETFs: la puerta más fácil (y menos arriesgada) para empezar a invertir

Cómo invertir sin “poner todos los huevos en una misma canasta”.

Estoy 99% segura de que cuando escuchas “invertir en la bolsa”, enseguida piensas en películas con gente gritando frente a pantallas inmensas. O en alguna historia que escuchaste de alguien que perdió todos sus ahorros en un mal movimiento. Y sí, la bolsa implica riesgos, pero en lugar de negarla, puedes entender lo básico y abrazarla… La alternativa es pasarte toda la vida cambiando tiempo por dinero.

La buena noticia es que es posible minimizar esos riesgos para empezar. Y así, poco a poco, irás derribando la barrera del desconocimiento y la falta de hábito. Cuando empieces a ver los resultados, te apuesto lo que quieras que vas a querer aprender más e invertir más.

Las dos claves para minimizar riesgos

Primero que todo, empieza con poco dinero. No tienes que tener miles para empezar. ¿Qué tienes $10, $20, $50? Perfecto. Puedes poner a trabajar la cantidad que ‘no te duela’, que consideres el costo del intento. Por supuesto, mientras más dinero pongas en tus inversiones, más retorno tendrás, así que te recomiendo que contribuyas sistemáticamente, aun si son pequeñas contribuciones.


Tu segundo paso es diversificar tus inversiones invirtiendo en ETFs. Aquí te los presento.

ETF significa Exchange Traded Fund, o en español: fondo cotizado en bolsa. Imagina una canasta. En vez de llenarla con un solo producto (por ejemplo, solo manzanas), la llenas con manzanas, naranjas, plátanos y peras. Si las manzanas salen malas ese día, igual tienes las otras frutas.


Lo mismo pasa con un ETF: en lugar de apostar todo a una sola acción (Apple, Tesla o Amazon), compras un pedacito de muchas compañías al mismo tiempo. Así, si a una le va mal en un determinado momento, el conjunto no se afecta mucho y no arruina toda tu inversión.



Photo by Katie Bernotsky on Unsplash

¿Por qué se consideran menos riesgosos?

Invertir siempre tiene riesgo, pero los ETFs lo reparten mejor:

  • Diversificación automática: no dependes de una sola compañía.
  • Menos sobresaltos: los movimientos suelen ser más suaves que en acciones de compañías individuales.
  • Costos bajos: la mayoría cobra comisiones muy pequeñas (a veces menos del 0.1%).
  • Fáciles de comprar: se adquieren en las mismas apps o brokers donde compras acciones.

Importante: invertir en ETFs no significa que nunca vas a ver tu dinero bajar (porque va a bajar en algún momento), pero la idea es que la caída sea más suave y se recupere con el tiempo.

Te pongo un ejemplo real

Supongamos que tienes $1,000 y quieres invertirlos. Si los metes en una sola acción, digamos Tesla, y el stock cae un 20%, de pronto tienes $800. Pero si pones esos mismos $1,000 en un ETF de tecnología que contenga Tesla, probablemente no haya una bajada significativa o no sería sustancial, porque el resto de las acciones o bonos que contiene el ETF se mantienen estables y compensan la caída.

También hay desventajas

Con los ETFs no te vas a hacer millonario de la noche a la mañana. Pero bueno, pocas cosas pueden ofrecer eso, ¿no? Además, algunos ETFs son muy específicos (por ejemplo, de criptos o de un solo sector), y esos sí pueden ser riesgosos. Y por último, si vendes en un mal momento (como durante una crisis bursátil), puedes perder dinero. Cuando el mercado baja, la tendencia es al pánico y “vender rápido” para no perder más. Recuerda la regla no. 1 de Warren Buffet: “No perder dinero”. Si baja, compra más. Así mejoras tu precio promedio y, cuando suba, tu ganancia será mayor.

Algunos ETFs ideales para principiantes

VOO – Vanguard S&P 500 ETF: Invierte en las 500 empresas más grandes de EE.UU. y es uno de los fondos más usados por quienes buscan solidez y diversificación en un solo paso.

VXUS – Vanguard Total International Stock ETF: Incluye miles de empresas fuera de EE.UU. (Europa, Asia, mercados emergentes), lo que ayuda a diversificar tu portafolio globalmente.

SPY – SPDR S&P 500 ETF: El ETF más famoso y uno de los más líquidos del mundo. También sigue al S&P 500. Es muy similar a VOO, pero con más historial y mucho volumen de negociación.

SCHD – Schwab U.S. Dividend Equity ETF: Reúne compañías que pagan dividendos estables y crecientes. Es una forma de invertir buscando tanto crecimiento como ingresos pasivos.

QQQ – Invesco QQQ ETF: Centrado en las 100 principales empresas del Nasdaq, sobre todo de tecnología e innovación. Más volátil, pero con gran potencial de crecimiento a largo plazo.


Nota: Estos ETFs te los ofrezco de ejemplo con carácter educativo. No es asesoría financiera.

Para cerrar…

Los ETFs te dan paz mental, pues no estás pendiente de una sola acción. Son ideales para el largo plazo y muy líquidos: puedes venderlos cuando quieras (igual que una acción).


Para arrancar, abre tu cuenta en un broker confiable (Fidelity, Vanguard, Charles Schwab, etc.) o en una app como Robinhood, invierte en uno o varios ETFs y automatiza contribuciones mensuales. Y piensa en 10–20 años, no en 10–20 días. 


Recuerda: el dinero que no se invierte se lo lleva la inflación.


See you soon!


Ileana





Entradas anteriores